Por qué me dejas si puedes evitarlo
No es obvio que te necesito
No ves que me causas dolor
Me niego a aceptarlo
Tarde o temprano te darás la vuelta
El dolor inunda mis ojos
Tarde o temprano vendrás por mí
El tiempo pasa y tú cada vez más lejos
Yo sigo sin entender
Por que me dejas si sabes lo que causa
Tras de ti se cierne la sombra
Esa que esperaba tu retirada
Cual Asechador aprovecha tu descuido
Pero no puede empeorar
Caigo tendido en el piso
Solo pensando en que vuelvas
El dolor es insoportable
Cual saetas afiladas desgarran mi piel
No puedo liberar el llanto
Ya no puedo más
Me resigno a no verte
Reprimo mis emociones
Me dejo llevar
Cierro mis ojos y me pregunto
Por qué me dejas
El dolor es tan profundo como nuestro deseo de aferrarnos a lo que no nos conviene...
ResponderEliminar... o a lo que nos lastima.
No la condenes a ser la razón de tus penas.
Déjala libre y mírala volar lejos, hermosa, feliz.
Quizás, viéndola así, libre, fuerte y vital, tú sepas todo lo importante que fuiste para su corazón.
Y quizás, sólo quizás, podrás entender que ella te estará agradecida con todo su corazón por haberla hecho un pájaro de plumaje hermoso y vuelo firme.
No siempre aquellos que más amamos nos están destinados. A veces debemos compartir camino pero con vidas en paralelo. Y de eso sí te puedo contar cuentos...
... y no me puedo arrepentir ni un poquito de haber tenido el gusto y el placer de conocer a alguien así en mi vida.
Eso sí. Nunca lo olvidé... y lo sé hermoso, fuerte y feliz. Y él tampoco me olvidó jamás y me sabe hermosa, vital y feliz.
La dicha es, curiosamente, tan simple: basta con dejar que el otro sea feliz.
Un abrazo, corazón triste... déjala ir. Sólo dándole alas podrás dejarle la opción de volver a tí.
Y sólo dándole alas le darás vuelo a tu corazón!
Perdona lo largo... Un besito!